Las buenas prácticas están «de moda» en las empresas: Buenas prácticas para desarrollar proyectos, ISO 9001 para gestión de calidad, metodologías ágiles para programación… Todo es un bombardeo sobre cómo debemos trabajar. ¿Esto es un Amigo o un Enemigo de nuestra empresa o de nosotros mismos?
Hace unos días Javier Megias escribía un excelente artículo en su blog: TUS PEORES ENEMIGOS: LAS “BEST PRACTICES” Y LOS ESTÁNDARES. La verdad es que no estoy de acuerdo con la idea central, pero gracias a él estuve pensando bastante sobre este tema y, para mi, eso lo hace un gran post.
En resumen, la opinión de Javier creo que se puede condensar en que las buenas prácticas están sobrevaloradas, ya que seguir los mismos procesos que hace el resto de tu competencia, a lo máximo que te puede llevar es a ser iguales que ellos, malgastando y quitándote el foco de tus puntos fuertes.
Aunque en mi fuero interno siempre me he rebelado contra todas estas políticas de buenas prácticas desde que recién terminada la carrera (¿15 años ya? Uffff) hice un curso de especialista de Calidad, no me había planteado nunca este enfoque que le da Javier a esta tendencia creciente. Voy a ponerme un ejemplo práctico: Imaginémonos que yo decido montar una empresa ficticia y que mi producto es hacer un blog.
¿Cuál es mi plan de negocio? Montar un sitio Web que, a partir de una serie de artículos me permita tener 10.000 visitas al día y gracias a eso vivir de la publicidad (objetivo ficticio, por supuesto…)
¿Cómo lo voy a hacer? Tengo dos opciones:
- Utilizo los estándares de la industria, y me compro un dominio y un hosting por 30€. En él, instalo WordPress (uno de los mejores software del mercado) y sigo (más o menos) las recomendaciones de los blogs expertos en el mundo, como postear contenido regularmente, contestar a los comentarios, aportar valor para los lectores…
- Hago caso a mi amigo Jaime y monto una nueva Web programada desde cero, basada en HTML5, CSS y con efectos en DreamWeaver, de manera que la estética de mi página sea única, dando un toque personal a la Web.
La decisión sobre cómo llegar al final, depende de la política y de cómo quieres centrarlo. En mi caso, mi estrategia para llegar a los 10.000 visitantes al día se basa en que los contenidos sean interesantes. Por tanto, la plataforma donde los voy a publicar necesito que sea transparente y perder el menos tiempo posible en ella, puesto que mi «ventaja competitiva» no creo que sea la plataforma, sino el contenido. Por tanto, voy a usar las buenas prácticas de la industria en mi «negocio» base, donde no quiero ni innovar ni quedarme atrás y voy a usar mis propias recetas (para bien o para mal) en mi elemento diferenciador.
Otro tema distinto sería si mi objeto con el blog fuera demostrar que soy un excelente programador Web, ya que en ese caso para alcanzar mi objetivo debería demostrar diferencia del resto y debería mostrar excelencia en la programación Web.
En definitiva, dos reflexiones finales:
- Cuando no sabes a donde vas, todos los caminos llevan a ninguna parte.
- Buenas prácticas, sí. Pero en su justa medida, en su justo lugar y su justo tiempo. Y en lo que mejor sabemos hacer, debemos ser independientes o líderes, no seguidores.
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