Hace muchos años que no llevo ni reloj, ni SmartWatch. Los que me conocen saben que soy muy práctico, y que sólo llevo cosas «útiles». Y a un reloj solo le veo dos utilidades:
El primer uso de un reloj es ver la hora. Aunque puede haber funciones residuales, como alarma/despertador, cronómetro para correr y calendario para saber en qué día estamos. Pero poco más. El móvil calculadora de la imagen siembre fue de todo, menos práctico (eso sí… ¡quien se pudo resistir a tener uno en los 80!)
Hay otro uso del reloj, y es el complemento de moda. Ya sea informal, elegante, moderno, atrevido, lujoso… Es un complemento, que es usado tanto por hombres como por mujeres como prenda de vestir. Mi madre me intentó regalar uno hace poco, y me enfadé con ella porque ella sabe perfectamente que no me gusta llevar reloj, ni cadenas, ni collares. Afortunadamente, lo pudo devolver.
Lamentablemente para el reloj, como muchos otros dispositivos, murió en mi caso asesinado el día en que me compré el Nokia 3210 y lo podía llevar en los bolsillos a todos lados sin que la antena me machacara al sentarme.
Además, el móvil no sólo evitó que tuviera reloj, sino que sustituyo a las máquinas de videojuegos, el despertador, la cámara de fotos, el mapa, el periódico, el walkman (y el MP3 y el iPod) y otros muchos gadgets que se han fusionado en uno sólo. Y la obligación de llevarlo encima primero por motivos laborales, y después porque todo el mundo lo hace, se mostró como el factor diferencial. ¿Si tengo que llevar un móvil que lleva la hora en pantalla, para qué quiero un reloj que me diga lo mismo?
Ahora Google primero, y luego Apple se están empeñando en que compremos un reloj digital inteligente o SmartWatch. ¿Tiene sentido?
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